CONCURSO “UNA BIBLIOTECA CON SELLO”
¿Lo conocéis? Os lo presentamos: se trata de El Búho del Sur, la nueva mascota de nuestra biblioteca.
CONCURSO DE RELATOS
124 DÍAS
Eran las 3:47 de la madrugada del lunes 17 de agosto, hacía frío y olía a jazmín. En aquel lugar parecía no pasar el tiempo. Seguía subida a aquella especie de sofá con un montón de libros de poesía y un interminable montón de vasos de café, no cabía duda: era yo, Luna Watson.
Vivo en una gran ciudad como otra cualquiera, con muchísima gente y muchísimo ruido. A pesar de la gente, me siento sola; a pesar de todo el ruido, me siento sorda y a pesar de lo grande de esta ciudad me siento encarcelada. Nunca se me ha dado bien la gente soy bastante ermitaña, o así he querido ser, la verdad siempre he pensado que me estaba autoconstruyendo y en eso estoy ahora mismo.
Soy escritora, o eso me gustaría y trabajo, además, en una gran cadena de supermercados mientras encuentro la oportunidad de que una editorial me publique. Lo único que me apasiona en esta vida es escribir, leer y aprender, y vuelta a empezar.
No tengo familia se podría decir que estoy sola, me siento así, y me da igual. Nunca he tenido a nadie. ¿Por qué lo iba a necesitar ahora?
1 de septiembre
Eran las 5,37, estaba en el metro rumbo a mi trabajo cuando, aquel señor saltó a las vías. Aquella madrugada solo estábamos allí otro chico y yo, contemplando cómo aquel hombre moría con ese terrible sufrimiento.
Fue el día que lo conocí. Nos llevaron al hospital Central para revisar que todo estuviera bien. En aquel momento estaba en shock, no era consciente de nada de lo que pasaba a mi alrededor. En mi mente no paraba de reproducirse aquella imagen, no podía moverme… y sin embargo él, el chico que estaba junto a mí, parecía tranquilo, se movía con mucha facilidad y no mostraba un ápice de nerviosismo. Me pregunté cómo aquello era posible.
En cierto modo él consiguió tranquilizarme. Todo estaba correcto nada había pasado en mi cuerpo, pero mi alma opinaba todo lo contrario. Yo seguía en estado de shock pero empezaron a correr lágrimas por mis mejillas. Lloré, lloré mucho. Cuando él se percató me abrazó, sentí un gran alivio.
Mis padres murieron cuando yo era muy muy pequeña y me crio mi tía, que se fue a Islandia hace 3 años. Desde entonces no la veo. Nunca había visto a la muerte… Y en ese momento sentí cómo todo se desvanecía, todo desaparecía… Solo estábamos él y yo.
13 de septiembre
Desde aquel día, Marc y yo acudimos a psicólogos, psiquiatras y otros médicos especialistas.
Pero a mí nada me hace feliz desde entonces, ni siquiera leer. No he vuelto a hacerlo.
A él se le ve bien, pero sé que no lo está. Y lo conozco bien. Tiene muchísima historia detrás y es la única persona con la que siento que mantengo una relación. Me parece tan curioso. Siento algo muy fuerte hacia él, no sé lo que es, pero lo siento. Quizás podríamos llegar a gustarnos y eso me frustraba.
16 de septiembre
Sé exactamente lo que siento hacia él. No quiero sentirlo, no puedo hacerlo. El rechazo es mi mayor miedo por eso no mantengo ningún tipo de relación con nadie. La realidad se ha comenzado a distorsionar, si no estoy con él todo está gris. Me estoy volviendo loca.
30 septiembre
Ayer me llevaron a un médico extraño, no era mi psicóloga corriente este era muchísimo más serio. Yo no entendía nada.
Marc está muchísimo más pendiente de mí no me deja sola. Siento que estoy genial con él, y saber que fue gracias a aquel hombre muerto, me hace pensar tantas cosas…
Se lo comenté a mi nuevo psicólogo e intuyó que mi problema era muy grave, pero más se agravó cuando le comenté que había visto a un señor sin rostro. Fue entonces cuando anotó algo rápidamente. Al finalizar la consulta le dio a Marc una larga lista de medicamentos entre los que se podía leer: Asenapina, Quetiapina, Aripiprazol y otros nombres muchísimo más largos.
Cuando salimos noté a Marc muy preocupado. ¿Era por mi? ¿significaba eso que estaba ganando el juego? Sí, lo estaba consiguiendo. El sería mi compañero. Pero…
MARC
Cuando vi a esa chica por primera vez no me imaginaba todo lo que tendría detrás, ella me ha hecho aprender tantas cosas. Luna vive su propia realidad, nadie ve su realidad, solo ella. Es como la luna, desconocida. Conocer a personas así te hace aprender muchísimo. Y ojalá poder entender un solo minuto de su sufrimiento. Ojalá poder hacerlo.
Ella no se merecía esto si hubiese llegado tan solo 15 minutos tarde, ella estaba muy débil y esto la mató, me mató. No podía pensar en otra cosa que en su diagnóstico. 124 días a su lado y había cambiado mi mundo, solo tengo palabras de agradecimiento hacia ella por hacerme ver el lado positivo y negativo a la vez. Nunca llegué a pensar que un suceso pudiera cambiar a alguien por completo, y menos, a alguien como ella.
Luna se había suicidado. El 3 de enero a las 3:47 de la mañana. Le habían diagnosticado esquizofrenia traumática en estado avanzado.
Eran las 3:47 de la madrugada del lunes 17 de agosto, hacía frío y olía a jazmín. En aquel lugar parecía no pasar el tiempo. Seguía subida a aquella especie de sofá con un montón de libros de poesía y un interminable montón de vasos de café, no cabía duda: era yo, Luna Watson.
Vivo en una gran ciudad como otra cualquiera, con muchísima gente y muchísimo ruido. A pesar de la gente, me siento sola; a pesar de todo el ruido, me siento sorda y a pesar de lo grande de esta ciudad me siento encarcelada. Nunca se me ha dado bien la gente soy bastante ermitaña, o así he querido ser, la verdad siempre he pensado que me estaba autoconstruyendo y en eso estoy ahora mismo.
Soy escritora, o eso me gustaría y trabajo, además, en una gran cadena de supermercados mientras encuentro la oportunidad de que una editorial me publique. Lo único que me apasiona en esta vida es escribir, leer y aprender, y vuelta a empezar.
No tengo familia se podría decir que estoy sola, me siento así, y me da igual. Nunca he tenido a nadie. ¿Por qué lo iba a necesitar ahora?
1 de septiembre
Eran las 5,37, estaba en el metro rumbo a mi trabajo cuando, aquel señor saltó a las vías. Aquella madrugada solo estábamos allí otro chico y yo, contemplando cómo aquel hombre moría con ese terrible sufrimiento.
Fue el día que lo conocí. Nos llevaron al hospital Central para revisar que todo estuviera bien. En aquel momento estaba en shock, no era consciente de nada de lo que pasaba a mi alrededor. En mi mente no paraba de reproducirse aquella imagen, no podía moverme… y sin embargo él, el chico que estaba junto a mí, parecía tranquilo, se movía con mucha facilidad y no mostraba un ápice de nerviosismo. Me pregunté cómo aquello era posible.
En cierto modo él consiguió tranquilizarme. Todo estaba correcto nada había pasado en mi cuerpo, pero mi alma opinaba todo lo contrario. Yo seguía en estado de shock pero empezaron a correr lágrimas por mis mejillas. Lloré, lloré mucho. Cuando él se percató me abrazó, sentí un gran alivio.
Mis padres murieron cuando yo era muy muy pequeña y me crio mi tía, que se fue a Islandia hace 3 años. Desde entonces no la veo. Nunca había visto a la muerte… Y en ese momento sentí cómo todo se desvanecía, todo desaparecía… Solo estábamos él y yo.
13 de septiembre
Desde aquel día, Marc y yo acudimos a psicólogos, psiquiatras y otros médicos especialistas.
Pero a mí nada me hace feliz desde entonces, ni siquiera leer. No he vuelto a hacerlo.
A él se le ve bien, pero sé que no lo está. Y lo conozco bien. Tiene muchísima historia detrás y es la única persona con la que siento que mantengo una relación. Me parece tan curioso. Siento algo muy fuerte hacia él, no sé lo que es, pero lo siento. Quizás podríamos llegar a gustarnos y eso me frustraba.
16 de septiembre
Sé exactamente lo que siento hacia él. No quiero sentirlo, no puedo hacerlo. El rechazo es mi mayor miedo por eso no mantengo ningún tipo de relación con nadie. La realidad se ha comenzado a distorsionar, si no estoy con él todo está gris. Me estoy volviendo loca.
30 septiembre
Ayer me llevaron a un médico extraño, no era mi psicóloga corriente este era muchísimo más serio. Yo no entendía nada.
Marc está muchísimo más pendiente de mí no me deja sola. Siento que estoy genial con él, y saber que fue gracias a aquel hombre muerto, me hace pensar tantas cosas…
Se lo comenté a mi nuevo psicólogo e intuyó que mi problema era muy grave, pero más se agravó cuando le comenté que había visto a un señor sin rostro. Fue entonces cuando anotó algo rápidamente. Al finalizar la consulta le dio a Marc una larga lista de medicamentos entre los que se podía leer: Asenapina, Quetiapina, Aripiprazol y otros nombres muchísimo más largos.
Cuando salimos noté a Marc muy preocupado. ¿Era por mi? ¿significaba eso que estaba ganando el juego? Sí, lo estaba consiguiendo. El sería mi compañero. Pero…
MARC
Cuando vi a esa chica por primera vez no me imaginaba todo lo que tendría detrás, ella me ha hecho aprender tantas cosas. Luna vive su propia realidad, nadie ve su realidad, solo ella. Es como la luna, desconocida. Conocer a personas así te hace aprender muchísimo. Y ojalá poder entender un solo minuto de su sufrimiento. Ojalá poder hacerlo.
Ella no se merecía esto si hubiese llegado tan solo 15 minutos tarde, ella estaba muy débil y esto la mató, me mató. No podía pensar en otra cosa que en su diagnóstico. 124 días a su lado y había cambiado mi mundo, solo tengo palabras de agradecimiento hacia ella por hacerme ver el lado positivo y negativo a la vez. Nunca llegué a pensar que un suceso pudiera cambiar a alguien por completo, y menos, a alguien como ella.
Luna se había suicidado. El 3 de enero a las 3:47 de la mañana. Le habían diagnosticado esquizofrenia traumática en estado avanzado.
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